Los pueblos italianos son famosos en todo el mundo. Con sus calles empedradas, sus canales únicos, la arquitectura romana mezclada con viejas iglesias y edificios modernos, el ambiente acogedor de los pueblos italianos te invita a disfrutar de su cultura.

La bellísima ciudad de Venecia es famosa por sus canales y sus encantadores puentes. Está ubicada en el noreste de Italia, sobre cientos de pequeñas islas separadas por canales. Cuenta con algunas de las más preciadas obras maestras del arte italiano, como el Teatro La Fenice o el campanario de San Marco. Los canales son el atractivo principal, donde se pueden ver embarcaciones tradicionales llamadas góndolas que transportan a los turistas a lo largo de desde el Gran Canal hasta muchos canales más pequeños. Es un destino muy popular para casarse, lo que lo hace uno de los pueblos italianos más románticos.

No muy lejos hay la ciudad amurallada Sienna. Esta ciudad medieval cuenta con muchos hermosos rincones no descritos, incluyendo el Piazza del Campo, una plaza abovedada al estilo renacentista italiano. La torre del Palio, que se construyó originalmente como una fortaleza para defender la ciudad, también se encuentra aquí. La vida del pueblo siempre ha sido impulsada por el caballo, desde sus carreras históricas llamadas «Palio» hasta las expresiones artísticas inspiradas en el caballo en la pintura y escultura. Sienna es también famosa por su gastronomía local, con platos como Pici all’Aglione (tallarines al tomate) y panforte (un postre dulce y picante).

Roma es una ciudad clásica que sigue sorprendiendo con su impresionante arquitectura y su pasado histórico. Sus monumentos clásicos, como Coliseo, El Panteón y La Fontana de Trevi, atraen a miles de visitantes cada año. Esta clásica ciudad está rodeada por antiguas murallas rodeadas por colinas antiguas con bosques virgenes. Además, Roma también contiene muchas iglesias antiguas, museos modernos y galerías de arte que muestran los mejores trabajos de artistas italianos y extranjeros.

Cerca también encontrará la pequeña pero encantadora ciudad de San Gimignano. Se encuentra entre Toscana y Lazio y es famosa por sus calles empedradas y sus edificios medievales perfectamente conservados. Este lugar es ideal para quienes buscan respirar tranquilidad sin la bulla de grandes ciudades; es un lugar realmente íntimo. Las torres medievales se ven refulgentes contra el magnífico horizonte montañoso que ofrecen las colinas de Toscana. Una vez allí podrás sentirte como si hubieras viajado a otra época en la Antigua Grecia o Roma: todos los edificios fueron construidos durante el periodo medieval y han permanecido intactos hasta nuestros días. La hermosa plaza principal está salpicada con fontanas barrocas y cafeterías románticas ideales para pasar las noches de verano bajo las estrellas.

Por último, pero no menos importante, encontramos Lucca. Esta hermosa ciudad situada en la provincia de Toscana es conocida como «la Perla de la Versilia». Igual que San Gimignano, también cuenta con calles empedradas y viejas torres así como hermosas murallas medievales protegiendo la ciudad sin interferir en su belleza natural.. La Plaza Anfiteatro es un ejemplo perfecto del genio arquitectónico italiano: fue construida sobre un antiguo anfiteatro romano y ahora alberga un jardín circular repleto de palmeras centenarias.. El interior también se destaca con iglesias históricas como San Frediano y San Michele in Foro.. Por supuesto, los visitantes también pueden disfrutar comidas deliciosas como raviolis al pesto o panzanella (una ensalada tradicional italiana hecha con rebanadas crudas).

En definitiva, los pueblos italianos son lugares excepcionales para explorar cuando se viaja a Italia: paisajes naturales cautivantes mezclados con cascadas románticas y calles empedradas así como una cuidada arquitectura barroca dan lugar a un lugar extraordinariamente único que jamás podrás olvidar.